Si pensábamos que nos habíamos despedido para siempre de las llamadas Spam con la introducción de la nueva Ley General de Telecomunicaciones, estábamos completamente equivocados. De hecho, parecen más útiles algunas herramientas como el filtro de Google que la propia normativa.
Ya conocemos los peligros que entraña responder con un «Sí» a una llamada spam, por eso es recomendable volver al tradicional «Dígame». Sin embargo, es fácil olvidar que aceptamos el "consentimiento previo", una puerta directa con la que damos permiso para seguir llamando cuantas veces quieran. Hay solución: una frase "mágica" que ha resultado ser infalible.
Pon en jaque al comercial que te llama con una sencilla pregunta
La Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales, comúnmente conocida como la «Ley de Protección de Datos» trata el tema de las llamadas comerciales desde el lado del tratamiento de la información personal que hacen las empresas.

En cada firma que estampamos para adherirnos a una suscripción o al contratar una línea telefónica estamos cediendo información, aunque su tratamiento es lo verdaderamente importante. En ningún caso implica que nos puedan contactar libremente, eso sí, considerando que no le otorguemos ese permiso a través del consentimiento que se mencionaba antes.
Basta con echar un vistazo a las normativas de protección de datos de nuestro país, para percatarnos de varios aspectos relevantes para el usuario. Primeramente, la empresa que contacta debe dar a conocer dónde obtuvieron los datos. Por otro lado, las llamadas aleatorias están completamente prohibidas y además no deberíamos recibirlas si no hemos concedido nuestro consentimiento previo (artículo 66.1.b).
De poco sirve realmente, debido a que consiguen sortear estas normativas con técnicas como las robollamadas. En esencia, llaman aleatoriamente en bloque, por lo que la frase "mágica" es una buena arma para combatirlo. ¿Cuál es esa frase? Una interrogativa que puede dejar a los teleoperadores fuera de juego.
Conociendo las implicaciones de la «LOPD» española, pregunta al operador telefónico dónde han conseguido obtener tu número. Bastará con soltar un «¿Cómo has conseguido mi número?», «¿Dónde has encontrado este número?» o similares. Por regla general se debe insistir, pero así puede que averigues en primera persona cómo lo han obtenido: en caso de que haya otorgado el consentimiento previo, mea culpa.
No obstante, lo normal será una actitud evitativa, y si sigue la conversación sin conocer el origen de la llamada, puedes proceder a interponer una denuncia ante la AEPD (Agencia Española de Protección de Datos). Esto último sí que es infalible: probablemente cuelguen la llamada y no vuelvan a llamar. Por algo será.
Esta es la técnica que uso habitualmente, aunque en un principio intento evitarlas fijándome bien en los permisos que otorgo al abrir una cuenta en cualquier servicio. También el filtro de llamadas del Pixel ayuda, además de bloquear las llamadas con números ocultos. Nunca sabemos lo que se esconde tras estas comunicaciones, y probablemente, pueden tener intenciones comerciales.
Imagen de portada | Microsoft Designer con edición
En Xataka Android | Olvídate de usar apps o buscar el número, esta es la forma más fácil para saber si una llamada es spam
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