Si hacer fotos es una de las funciones que más te gustan de tu móvil, la GCam es una excelente alternativa a la aplicación que viene de serie en tu Android. Pero no es la única: ProShot se mantiene a la altura ofreciendo una experiencia manual excelente con unos resultados de muy buena calidad. Es de pago, pero vale cada céntimo de lo que cuesta.
Android y iOS son dos sistemas que se parecen demasiado entre sí, no hay duda de que Google y Apple fueron fijándose el uno en el otro para así mejorar su respectivo sistema. Aunque hay un tipo de apps donde el iPhone barre a cualquier móvil Android: las aplicaciones de cámara disponibles. Halide, ProCam, Procamera, Leica Lux... Tengo multitud de ejemplos. Aunque eso no significa que Android carezca de opciones recomendables.
ProShot, una app de cámara profesional que enriquece la experiencia fotográfica

Es verdad que en Android no tenemos tanta variedad y calidad en las aplicaciones de cámara descargables, pero también es cierto que la mayor parte de apps que traen los móviles ya sacan todo el provecho de las cámaras. Como alternativa, yo suelo recomendar una cámara de Google modificada, lo que se conoce como GCam. El inconveniente es que cuesta encontrar la versión más adecuada a cada teléfono.
ProShot es otra de mis recomendaciones habituales. Lleva desde julio de 2015 dando guerra en Google Play y ha ido actualizándose desde entonces para añadir mejoras y adaptarse a la gran mayoría de teléfonos. Funciona muy bien, al menos mientras el dispositivo cuente con una API de cámara suficientemente abierta. Que suele ser lo habitual.

Tras los pertinentes permisos para ofrecer las funciones de captura, ProShot presenta una interfaz personalizable que se parece mucho al visor de una cámara DSLR. Dependiendo del móvil la aplicación permitirá más o menos ajustes; siempre con un disparo automático para quien no quiera calentarse la cabeza configurando la toma.
Ajuste manual de los valores de captura, distintos modos de autoenfoque, modo de disparo que prioriza la exposición, posibilidad de darle prioridad a otros ajustes con dos modos personalizables, guardado en RAW (o RAW y JPEG), ajuste de la calidad del JPG... ProShot es muy variado en la configuración, todo con el estilo que comentaba: el del visor de una DSLR. La interfaz puede hacerse algo tosca gráficamente.

¿Y los resultados fotográficos? Bien, eso dependerá del hardware de cámara, como es obvio, aunque suelen ser bastante buenos. Las tomas son naturales, tiende a no procesar en exceso, no simula bokeh artificialmente, el color y balance de blancos suelen ser acertados y, en general, tiende a sacar buenas fotos. También vídeos, ProShot puede hacer grabaciones.
Tantas opciones tienen un coste: ProShot vale 9,49 euros. Eso sí, es una compra para siempre: la app no tiene ni suscripciones ni otras compras ocultas. Se mantiene actualizada y está disponible en Google Play desde este enlace. Eso sí, mi consejo es probar antes si funciona en el teléfono: esta es la versión de prueba.
Imagen de portada | Iván Linares
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